En el nuevo contexto económico de mayor complejidad que deben afrontar las organizaciones y en particular las empresas, los sistemas de información y de toma de decisiones a cargo de los distintos niveles deberán ser diferentes. Tal complejidad hoy en día ya no es compatible con un estilo de administración basada en un liderazgo centralizado y tradicional, el cual sólo conduciría a una sobrecarga de trabajo para ejecutivos y mandos intermedios. Pero la descentralización también se ha vuelto difícil considerando que los diferentes participantes están influenciados por sus propios valores y objetivos. Por lo tanto, es conveniente combinar las ventajas de la descentralización con las de la sincronización para orientar todos los esfuerzos hacia los objetivos estratégicos específicos apoyándose en un estilo de administración basado en: el trabajo en equipo, la participación, la delegación, la capacitación, la comunicación y la negociación.

A partir de estas consideraciones, los profesores franceses Henri Savall y Verónique Zardet junto con su grupo de investigadores del ISEOR de la Universidad de Lyon vienen trabajando desde hace más de 46 años en el diseño y desarrollo de un modelo administrativo, “El Modelo de Gestión Socioeconómico”, basado en casos de más de 2000 empresas distribuidas en los 4 continentes. Este modelo permite asociar el desempeño económico de la empresa con el desempeño social y humano, reconociendo su estrecha relación e imposibilidad de separarlos. Además visualizando a la organización como un sistema complejo formado por cinco tipos de estructuras las cuales son: las físicas, las tecnológicas, las organizacionales, las demográficas y las mentales. Estas a su vez interactúan con distintos tipos de comportamientos humanos, tales como: los individuales, de grupo de actividad, de grupo de afinidad, de categorías socio profesionales y colectivos. Esta interacción permanente y compleja crea los ritmos de actividad que hacen al funcionamiento de la empresa del cual surgen anomalías, perturbaciones y desvíos entre el funcionamiento observado y deseado originando los denominados disfuncionamientos. Cuyos resultados generan costos para la organización que son los llamados costos ocultos. El método de los costos ocultos incluye distintos indicadores algunos de índole social, tales como el ausentismo y los accidentes de trabajo y otros de índole económica: como la calidad de los productos y la productividad. Estos costos ocultos afectan al desempeño económico de la empresa y se manifiestan a través de: los sobre-salarios, los sobre- tiempos, los sobre- consumos, “no-producción” y “no-creación”.

En conclusión, el modelo de gestión socioeconómico busca lograr la estrategia socioeconómica, entendiéndose por tal a la que define conjuntamente los objetivos económicos y los objetivos sociales, en un mismo nivel de la actividad estratégica, habiéndose constatado en base a la experiencia que unos son los medios para alcanzar los otros y recíprocamente.